Durante siglos las plantas originarias de una zona han acabado siendo parte de la dieta y cultivos básicos de países en la otra punta del mundo.
Y es que, según recoge un exhaustivo estudiado realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), casi el 70% de los cultivos nacionales de los países están basados en especies originarias de otro lugar.
Así lo reseña el blog de La Gulateca, en el que señala que el tomate forma parte esencial de la llamada dieta mediterránea y que es uno de los grandes cultivos en España, en realidad viene de los Andes. Lo mismo ocurre con la papa, básica desde hace mucho en la alimentación y cultivos de Europa pero originaria de América.
¿La berenjena y el pepino? De Asia, aunque posiblemente ahora los asociemos más a todo el Mediterráneo y Oriente Medio. Y exactamente lo mismo ocurre con frutas como las cerezas o las naranjas, todas ellas cultivadas originalmente en Asia, aunque desde hace mucho sean parte esencial de la alimentación y cultivos de por aquí.
“En los Estados Unidos la dieta depende de cultivos originarios del Mediterráneo y Asia, como el trigo, las almendras, la cebada o los garbanzos, entre otros. Las granjas estadounidenses cultivan soja de Asia y maíz de México, mientras que cultivos originales de la zona, como los girasoles, son ahora mayoritarios en países como Argentina o China“, explican los investigadores a The Salt.
Asimismo, el estudio señala que las fresas se comenzaron a cultivar en Norte y Suramérica, la sandía o patilla proviene de Sudáfrica, y Australia es la zona del planeta con menor biodiversidad en lo que a cultivos originarios se refiere: tan sólo las nueces de Macadamia provienen de allí.
⊃ Redacción Vida Agro